Britney Spears antes
Llegar a Hollywood y convertirse en estrella es la meta de millones de jóvenes dentro y fuera de Estados Unidos. No se trata sólo del dinero que genera convertirse en cantante o actor, sino del estatus implícito ante las multitudes.
Cada año surgen nuevos talentos que tienen la intención de triunfar en el mundo del entretenimiento, una industria de la que perciben ingresos personas con distintas facetas profesionales: artistas, fotógrafos, medios de comunicación, organizadores de espectáculos, managers, maquilladores, diseñadores, etc. Sin embargo, ¿alguien ha pensado alguna vez en el impacto que puede generar en un joven de 16-17 años el ascenso inmediato y total a la fama, al prestigio, al reconocimiento social? ¿Existe alguna forma de lograr que este proceso sea paulatino y que, por lo tanto, el joven artista pueda adaptarse a su nuevo entorno?
La historia de Hollywood está llena de casos de decadencia, de estrellas que llegaron a la cima y lo perdieron todo como por arte de magia. Basta con ver un episodio de The E True Hollywood Story para concluir, de forma más o menos certera, que los flashes de las cámaras, las cuentas rebosantes de billetes verdes y el glamour no compran la felicidad.
Una de las historias más actuales y que genera mayor asombro es la de la otrora "princesa del pop", Britney Spears. Quien fuera declarada en sus años dorados como la sucesora de Madonna es el ejemplo perfecto de cómo la fama puede acabar con la inocencia y la sonrisa de una joven que inció su carrera en The Mickey Mouse Club, programa televisivo que funcionó de caldo de cultivo para que surgieran talentos como Christina Aguilera, JC Chasez, Justin Timberlake y la misma Spears.
En 1999, Britney Spears tuvo la oportunidad de su vida cuando Jive Records le firmó un contrato para grabar un disco como solista. En aquella época no existía una artista que atacara al target adolescente y fuera capaz de mover a las masas hasta convertirse en un fenómeno mediático. Spears llenó ese espacio.
Los años de éxito se vieron opacados con la caída libre que la artista sufrió desde el 2004. Dos matrimonios fracasados, dos hijos seguidos, acusaciones sobre su irresponsabilidad como madre, problemas con el alcóhol, el cigarrillo y las drogas, parrandas nocturnas, malas compañías e intentos de suicidio han reinado el día a día de una vida que está expuesta al ojo público debido a los flashes constantes de los paparazzi.
Hace algunos días la opinión pública se escandalizó al ver cómo Britney Spears -más famosa por su belleza que por su talento vocal- entraba a una peluquería y rasuraba todo su cabello hasta quedar completamente calva. Luego de este acto incomprensible, la cantante se realizó un tatuaje e ingresó voluntariamente a un centro de rehabilitación del cual salió un par de veces y volvió a internarse.
El 21 de febrero, la cantante atacó con un paraguas a los paparazzi que le tomaban fotos mientras ella esperaba para entrar a la casa de su ex esposo y ver a sus hijos, petición que le fue negada.
El caso de Britney Spears recuerda la decadencia del ex rey del pop, Michael Jackson, y confirma, una vez más, que algo malo ocurre con la industria del entretenimiento. Mientras tanto, el cabello de Britney se subasta por un monto mínimo de 1 millón de dólares en la página web: http://www.buybritneyshair.com/
¡Hasta de las desgracias ajenas se vive en el mágico Hollywood!
Britney Spears hoy