16.6.07

ÉSTA ES MI LUCHA


JOSÉ DOMINGO GUARIGLIA


Uno de los recientes lectores de Equilibrio Radical me acaba de enviar un mensaje en el que me pregunta qué ha sucedido con el blog, ya que desde el post sobre Marietta Santana no lo he actualizado más. Mi respuesta es muy simple: he estado muy ocupado últimamente. ¿La razón? Luego de más de dos semanas de protestas en las calles de Caracas y de otras ciudades del interior del país, los jóvenes hemos decidido regresar a los recintos que nos aportan precisamente nuestra condición de estudiantes: las universidades.
En Venezuela, la gente está acostumbrada a soluciones fáciles e instantáneas. Por esta razón, muchos tenían miedo de que si la calle se "enfriaba", la protesta estudiantil iba a acabar y todos volveríamos a nuestra rutina acostumbrada: exámenes, tesis, interrogatorios, trabajos, vida personal...

Una vez más, los estudiantes le hemos dado una gran lección de madurez y compromiso a este país. Estamos demostrando que podemos cumplir con nuestros compromisos académicos y personales, sin suprimir nuestros principios y, sobre todo, sin olvidar las razones que motivaron que el "gran monstruo dormido" despertara de una vez por todas.

Un movimiento estudiantil como el que hoy existe en Venezuela sólo es comparable a la denominada Generación del 28, de la cual surgieron no sólo importantes figuras políticas, sino también periodistas, artistas, historiadores, intelectuales en general.
En un escenario plagado de política como el venezolano, era lógico que tanto los chavistas como los opositores trataran de formar parte de este movimiento que es y será meramente estudiantil. Del bando oficialista nos acusan de manipulados, lacayos del imperio, altaneros, rebeldes y soberbios. Nos señalan por haber irrespetado los símbolos patrios, cuando quien le agregó una estrella más a la bandera y cambió nuestro Escudo ocupa hoy la silla presidencial.

En la oposición nos quieren utilizar con los fines oscuros que caracterizan a la política de este país. Sin embargo, he notado en algunos líderes opositores temor, espanto. Muchos se sienten impotentes ante una nueva generación, con líderes jóvenes, frescos y capaces que bien podrían anular a los partidos políticos tradicionales en unos cuantos años.

Para los chavistas y los opositores, me permito aclararles algunos puntos:

1) Somos un movimiento estudiantil. Nuestra política es la libertad de expresión, manifestación, comunicación, información, tránsito. No somos partidistas. De hecho, sólo algunos de nosotros están inscritos en algún partido político.

2) Albergamos a chavistas y opositores: La democracia venezolana, con todos sus defectos, ha masificado el acceso a la educación. Hoy en día, en todas las universidades del país existen estudiantes de tendencias políticas contrarias y de todas las clases sociales. ABSOLUTAMENTE TODOS integramos este movimiento.
3) No somos el futuro; somos el presente. Somos una generación que tiene entre 18 y 24 años. Hemos crecido con la política. Algunos éramos unos niños cuando hace 8 años Hugo Chávez tomó el poder y amenazó con freír las cabezas de los adecos en aceite hirviendo.

4) Tenemos conciencia social y queremos acabar con las divisiones: No pretendemos volver al pasado que tanto daño le hizo a este país, pero tampoco queremos vivir en un país de odio y división. Proponemos un diálogo entre todos los sectores, donde las únicas divisiones sean la edad y la profesión, donde todos nos reconozcamos como venezolanos pensantes, con ideas quizás no compartidas, pero sí respetadas. Rechazamos los insultos y los estereotipos.

5) No somos manipulados y no recibimos dinero de ninguna institución nacional o extranjera. Nuestras manifestaciones son sencillas, permanentes y están financiadas por nosotros. No pretendemos sacar del poder a Hugo Chávez, pero tampoco permitiremos que un gobierno o cualquier institución coarte nuestros derechos.

A todos aquellos que creen que el movimiento estudiantil por la libertad terminará pronto, sepan que están muy equivocados.

En cada esquina, en cada plaza, en cada recinto universitario se sentirá la voz de la protesta, de la disidencia pacífica, de la inconformidad. Sólo espero que algún día los demás sectores se nos unan y no pretendan que por arte de magia resolvamos nosotros solos los problemas que aquejan a nuestra sociedad. Sólo les pedimos que nos acompañen, que no nos critiquen a priori y que sepan que nuestra lucha es legítima y permanente.

Finalizo con esta cita del diario de Ana Frank. Creo que va como anillo al dedo:

Diario de Ana Frank

Sábado, 15 de julio de 1944.

"En lo más profundo, la juventud es más solitaria que la vejez". Leí esto en algún libro y siempre lo he recordado, y creo que es verdad. ¿Es verdad que en estos tiempos los adultos lo pasan peor que nosotros? No. Sé que no. La gente mayor tiene opiniones formadas sobre todo, y no vacilan antes de actuar. Es doblemente duro para nosotros los jóvenes argumentar nuestros motivos y mantener nuestras opiniones en una época en la que todos los ideales han sido destruidos, en la que la gente está mostrando su peor lado y no sabe si creer en la verdad, en lo justo y en Dios.
Todo el que dice que los mayores cuentan con más dificultades en estos momentos, en realidad, no se da cuenta de que nos hace cargar con sus problemas, problemas para los cuales todavía somos demasiado jóvenes, pero a los que nos empujan sin querer continuamente, hasta que, tras mucho tiempo, pensamos que tenemos una solución, pero la solución no parece capaz de resistir los hechos que la reducen a nada de nuevo. Ésta es la dificultad de este momento: ideales, sueños, esperanzas que crecen dentro de nosotros sólo para toparse con la horrible verdad y ser destruidos.
Es increíble que no haya perdido todos mis ideales, porque parece que es totalmente absurdo e imposible mantenerlos. Pero los mantengo porque a pesar de todo, todavía creo que la gente en el fondo es buena. Simplemente no puedo construir mis esperanzas sobre la base de la confusión, la miseria y la muerte. Veo que el mundo se va transformando en un desierto, oigo los truenos cada vez más cerca, que también nos destruirán a nosotros, puedo sentir el sufrimiento de millones y todavía, si miro hacia el cielo, pienso que llegará la justicia, que esta crueldad acabará y que la paz y la tranquilidad volverán.
Mientras tanto, debo mantener mis ideales, para la época que vendrá, cuando sea capaz de elevarlos.