JOSÉ DOMINGO GUARIGLIA
Especial para Globovisión
Este 10 de diciembre se cumplen 61 años de la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por parte de los países fundadores de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Desde su fundación en 1945, la promoción y difusión de los derechos humanos fue una de las principales metas de las Naciones Unidas. Tras el horror desencadenado como consecuencia de la guerra y la acción del nazismo y el fascismo, la Asamblea General del organismo mundial definió a los derechos humanos como "los fundamentos para la libertad, justicia y paz en el mundo", y en 1950 se invitó a los Estados miembros a conmemorar cada año el Día Internacional de los Derechos Humanos el 10 de diciembre.
Venezuela suscribió en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Además, a lo largo de los años ha respaldado numerosos pactos y convenciones para la defensa de los derechos del hombre. En el preámbulo de la Declaración Unversal se explica que “todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos”.
Además de la Declaración Universal de la ONU, los derechos humanos pueden encontrarse en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de 1966, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, de 1966.
Internacionalmente, se conocen tres tipos de derechos humanos, que se complementan entre sí: derechos civiles y políticos (generación 1), derechos económicos, sociales y culturales (generación 2) y derechos de los pueblos o derechos de solidaridad (generación 3). Cabe destacar que todos los derechos humanos están en el mismo nivel y ninguno puede ser considerado más importante que otro.
Entre los derechos civiles y políticos se incluyen el derecho a la vida, al debido proceso, la libertad de expresión, de pensamiento y de religión y la libertad de asociación. Deberían estar garantizados automáticamente por los Estados.
Los derechos económicos, sociales y culturales están caracterizados en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en otros tratados internacionales y regionales. Incluyen el derecho al trabajo, a la educación, los derechos culturales de las minorías, el disfrute de la salud física y mental, derecho a la vivienda y a la alimentación, entre otros. Muchos de estos derechos fueron reivindicados por los movimientos obreros a lo largo de los últimos siglos.
Los llamados "derechos de la tercera generación" o derechos de los pueblos van un paso más allá e indican que toda persona tiene que nacer y vivir en un ambiente que le permita el ejercicio real de sus derechos. Aunque no se encuentran respaldados en ningún pacto internacional, son necesarios para lograr un mundo más equitativo.
A través de la acción de múltiples organizaciones internacionales que promueven los derechos humanos en el mundo, se han producido cambios progresivos en la conciencia colectiva mundial y especialmente entre las clases políticas. Este hecho ha permitido el cambio de legislaciones injustas y ha orientado la discusión en aspectos vinculados con los derechos humanos como el cambio climático.
Sin embargo, el mundo sigue esperando por el respeto efectivo de los derechos, sobre todo en las zonas más necesitadas, donde la pobreza contribuye a los abusos y el genocidio.
El terrorismo, las ejecuciones extrajudiciales, la pena de muerte, la tortura, las discriminaciones políticas, de sexo o raza siguen siendo ejemplos de violaciones a los derechos humanos en el llamado “tercer mundo”.
Tal como afirmó el mismo secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, "la discriminación va dirigida contra personas o grupos vulnerables a los ataques: las mujeres y las niñas, los pobres, los inmigrantes, las minorías, y todos aquellos que son considerados diferentes".
Mientras no se genere la conciencia suficiente desde los países poderosos para ayudar al respeto efectivo de los derechos humanos, la humanidad no podrá avanzar en la consecución de sus objetivos del milenio.
Desde su fundación en 1945, la promoción y difusión de los derechos humanos fue una de las principales metas de las Naciones Unidas. Tras el horror desencadenado como consecuencia de la guerra y la acción del nazismo y el fascismo, la Asamblea General del organismo mundial definió a los derechos humanos como "los fundamentos para la libertad, justicia y paz en el mundo", y en 1950 se invitó a los Estados miembros a conmemorar cada año el Día Internacional de los Derechos Humanos el 10 de diciembre.
Venezuela suscribió en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Además, a lo largo de los años ha respaldado numerosos pactos y convenciones para la defensa de los derechos del hombre. En el preámbulo de la Declaración Unversal se explica que “todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos”.
Además de la Declaración Universal de la ONU, los derechos humanos pueden encontrarse en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de 1966, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, de 1966.
Internacionalmente, se conocen tres tipos de derechos humanos, que se complementan entre sí: derechos civiles y políticos (generación 1), derechos económicos, sociales y culturales (generación 2) y derechos de los pueblos o derechos de solidaridad (generación 3). Cabe destacar que todos los derechos humanos están en el mismo nivel y ninguno puede ser considerado más importante que otro.
Entre los derechos civiles y políticos se incluyen el derecho a la vida, al debido proceso, la libertad de expresión, de pensamiento y de religión y la libertad de asociación. Deberían estar garantizados automáticamente por los Estados.
Los derechos económicos, sociales y culturales están caracterizados en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en otros tratados internacionales y regionales. Incluyen el derecho al trabajo, a la educación, los derechos culturales de las minorías, el disfrute de la salud física y mental, derecho a la vivienda y a la alimentación, entre otros. Muchos de estos derechos fueron reivindicados por los movimientos obreros a lo largo de los últimos siglos.
Los llamados "derechos de la tercera generación" o derechos de los pueblos van un paso más allá e indican que toda persona tiene que nacer y vivir en un ambiente que le permita el ejercicio real de sus derechos. Aunque no se encuentran respaldados en ningún pacto internacional, son necesarios para lograr un mundo más equitativo.
A través de la acción de múltiples organizaciones internacionales que promueven los derechos humanos en el mundo, se han producido cambios progresivos en la conciencia colectiva mundial y especialmente entre las clases políticas. Este hecho ha permitido el cambio de legislaciones injustas y ha orientado la discusión en aspectos vinculados con los derechos humanos como el cambio climático.
Sin embargo, el mundo sigue esperando por el respeto efectivo de los derechos, sobre todo en las zonas más necesitadas, donde la pobreza contribuye a los abusos y el genocidio.
El terrorismo, las ejecuciones extrajudiciales, la pena de muerte, la tortura, las discriminaciones políticas, de sexo o raza siguen siendo ejemplos de violaciones a los derechos humanos en el llamado “tercer mundo”.
Tal como afirmó el mismo secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, "la discriminación va dirigida contra personas o grupos vulnerables a los ataques: las mujeres y las niñas, los pobres, los inmigrantes, las minorías, y todos aquellos que son considerados diferentes".
Mientras no se genere la conciencia suficiente desde los países poderosos para ayudar al respeto efectivo de los derechos humanos, la humanidad no podrá avanzar en la consecución de sus objetivos del milenio.